Problemas cotidianos a los que se enfrentan las mujeres con senos grandes

Problemas cotidianos a los que se enfrentan las mujeres con senos grandes

Desde complicaciones para realizar deportes hasta dificultades para relacionarse socialmente son algunos de los obstáculos de padecer macromastia.

Un gran porcentaje de mujeres le encantaría tener un volumen mayor al de sus mamas. Sin embargo, por otra parte se encuentra el grupo de féminas que sufre día a día por el tamaño de sus pechos, presentando problemas tanto físicos como psicológicos.

Las principales dificultades tienen que ver con el peso de las mamas, que provocan dolores de cuello y espalda, irritación de la piel, sarpullidos o infecciones, deformidades en la columna vertebral y hasta problemas respiratorios.

Por otro lado, un gran número de pacientes reconoce tener dificultades para realizar algunas actividades deportivas e incluso para relacionarse con otras personas, sintiendo que siempre llamarán la atención por sus pechos prominentes.

Afortunadamente existe una solución llamada mamoplastía reductiva. Se trata de un procedimiento quirúrgico que reduce el tamaño de las mamas, removiendo parte del tejido glandular, grasa y exceso de piel, para luego reubicar la aréola y el pezón con técnicas que serán previamente evaluadas por un médico cirujano.

Según explica el Dr. Rodrigo Contreras, “esta cirugía no se realiza hasta que las mamas se encuentran completamente desarrolladas, es decir, alrededor de los 16 años. Sin embargo, puede ser realizada antes si está produciendo problemas físicos serios”.

De acuerdo al especialista, una vez realizada esta intervención quirúrgica, la aréola y el pezón se reubican más arriba, de manera que pierda flacidez y la piel se resutura eliminando el tejido sobrante. Asimismo, esta técnica permite igualar la altura de las mamas cuando existe una gran diferencia entre una y otra, obteniendo un resultado de aspecto más juvenil, funcional y saludable.

“La persona no pierde sensibilidad en los pechos y no afecta mayormente la capacidad de lactancia, aunque debe recordarse que algunas mujeres no podrán amamantar a sus hijos por otros motivos, independientemente de esta cirugía”, asegura Contreras. Es decir, el tamaño de los pechos no incide en la capacidad de amamantar.

Las mujeres que se someten a esta intervención deben tener en cuenta que si se vuelven a embarazar, sus pechos volverán a crecer y que incluso podrían no volver a tener el tamaño ni la altura lograda con la reducción mamaria.

En cuanto a la cirugía, el procedimiento tiene una duración que varía entre dos y tres horas, con anestesia general. Durante los primeros días de postoperatorio aparecen los primeros dolores que pueden ser controlados a través de antiinflamatorios y analgésicos.

Con respecto a las cicatrices, éstas logran pasar desapercibidas al cabo de un tiempo ya que las incisiones están localizadas en zonas estratégicas, pudiendo ser disimuladas con el escote de la ropa interior o el traje de baño.

Durante las primeras cuatro semanas, las pacientes deben evitar fumar y realizar esfuerzo físico hasta su total recuperación.