La cirugía reconstructiva es una de las áreas más amplias en el campo de la cirugía estética. Esta puede ayudar al paciente a recobrar la funcionalidad de un órgano dañado por alguna enfermedad o deformación.
Enfermedades, tumores, accidentes, quemaduras, malformaciones de nacimiento, entre otros, pueden causar severos daños en la piel o reducir la funcionalidad de un órgano. Para ello, la cirugía reconstructiva ofrece procedimientos cada vez más específicos, que hace pocas décadas parecían imposibles.
Una muestra de ello es el caso de Zion Harvey, un niño de ocho años que recibió el primer trasplante de manos doble en el mundo la semana pasada.
Tras una grave infección los doctores debieron amputarle manos y pies a Harvey, como la única forma de salvarle la vida, además de trasplantarle un riñón de su madre. Luego, gracias a los estudios realizados por un equipo médico del Hospital Infantil de Filadelfia, fue posible implantarle nuevas manos al menor, procedimiento que fue catalogado como “todo un éxito” y que hasta hace muy poco era impensado.
Casos como el de Zion Harvey aparecen con mayor regularidad y son una muestra de que la cirugía reconstructiva está avanzando para entregar mayores soluciones, aumentando la calidad de vida de los pacientes.
Ejemplos cotidianos de cirugía reconstructiva podemos encontrar en la reconstrucción de mamas luego del cáncer mamario; injertos de piel en el caso de accidentes, cicatrices y quemaduras; y microcirugías en las malformaciones de nacimiento.
Al respecto, el Dr. Rodrigo Contreras, explica que “hay marcas en la piel que son casi imposibles de borrar, sobre todo si esas huellas se generaron debido a quemaduras o a enfermedades tan complicadas como el cáncer. En verano es la época en donde más sufren las mujeres, viéndose imposibilitadas de lucirse en la playa o piscina. Sin embargo hay una solución y esa es la cirugía reconstructiva”.