Cuidados alimenticios para antes y después de una liposucción

Cuidados alimenticios para antes y después de una liposucción

Muchas mujeres se someten a una liposucción para mejorar su figura y con ello lograr el cuerpo que siempre soñaron. Sin embargo, para que existan resultados óptimos tras la cirugía es necesario seguir una dieta sana, acompañada de buenos hábitos como el ejercicio diario para alcanzar el objetivo que se busca.

Lo ideal es que tras una liposucción debe existir disciplina desde el principio y organizar un plan alimenticio sano y balanceado, incluso antes de someterse a este procedimiento estético. Siempre hay que tener en cuenta que lo esencial es continuar con un régimen saludable, basado en la alimentación sin grasa y en el ejercicio para quemar calorías y mantener tonificada la figura.

Antes de una lipoescultura la dieta debe estar enfocada en tres factores primordiales: nutrir, inmunizar e hidratar el organismo, con el fin de optimizar la condición de los músculos, los nervios, las células de la sangre y los huesos. En este sentido, el cirujano y director médico de la Clínica Lo Curro Rodrigo Contreras señala que “una nutrición adecuada previa al procedimiento mejora la coagulación y disminuye la posibilidad de sufrir grandes hematomas”.

Además es recomendable consumir nutrientes antes de una cirugía plástica para combatir el estrés preoperatorio que en teoría deprime el sistema inmunológico, causa fatiga y retrasa la cicatrización. Por eso es necesario según el doctor Contreras preferir alimentos que contengan:

Hierro
Es imprescindible para la producción de glóbulos rojos, la prevención de la fatiga, anemia y el buen tono de la piel. Se encuentra en carnes como el pescado, pollo, pavo y carne vacuna; en vegetales de hojas verdes como las espinacas y las acelgas; en legumbres como la soya, las lentejas, y en cereales integrales.

Vitamina C
Promueve la circulación y ayuda a eliminar toxinas. Combate infecciones bacterianas, protege contra los efectos de las alergias. Ayuda a la formación y reparación del colágeno y reduce la incidencia de coágulos sanguíneos en las venas. Se encuentra en frutas como la ciruela, naranja, pomelo, mandarina, limón, papaya, fresa, kiwi y en otros vegetales como el brócoli y el pimentón.

Zinc
Acelera el tiempo de curación de heridas internas y externas, promueve el crecimiento y la reparación de los tejidos y favorece la quema rápida de grasas. Se encuentra en ostras, germen y salvado de trigo, galletas integrales, hígado y lomo de ternera.

Complejo B
Favorece la reparación de tejidos. Mantiene el funcionamiento normal del sistema nervioso, como el alivio natural del dolor. Previene la depresión y la ansiedad. Promueve la salud de la piel, las uñas y los vasos sanguíneos. Los alimentos ricos en Complejo B son el pescado, hígado de vaca, productos lácteos, pollo, arvejas y lentejas, huevos, espinacas, acelgas y los cereales integrales.

Alimentación después de la cirugía

Después de la liposucción es necesario eliminar las células grasas y reducir algunas sustancias del cuerpo como los triglicéridos, consumir otros alimentos que aumenten el colesterol bueno (HDL) y la tasa metabólica del organismo.

Según el cirujano Contreras “el cuerpo requiere de proteínas para generar nuevas células, mantener su fuerza y recuperarlas rápidamente”. Todo esto, dentro de un rango de calorías normal a través del consumo de porciones de alimentos pequeñas durante el día que ayudarán a mantener los resultados después de la cirugía. Para este caso se recomienda seguir las siguientes indicaciones:

• Consumir proteínas magras como el salmón, carne de pollo, atún y pavo. Evitar las carnes rojas y vísceras porque contienen un alto índice de grasa.

• Consumir carbohidratos complejos como el arroz integral, pan integral, salvado de trigo y avena.

• Consumir verduras de hoja verde como brócoli, repollo y coliflor. Así como el zapallo, la berenjena, champiñones y zanahorias crudas.

• Consumir frutas frescas y secas.

• Preferir grasas saludables como el aceite de oliva, semillas de lino, almendras, nueces y girasol.

• No consumir productos refinados como galletas, donas, pasteles, hamburguesas, pastas y pizzas.

• Evitar la mantequilla, margarina, manteca y la mayonesa.

• Evitar alimentos fritos, postres y alimentos azucarados.

• No consumir bebidas gaseosas y otras bebidas con cafeína.

• Evitar el alcohol y el tabaco.