Se elevan las temperaturas y es en este momento que las mujeres sufren más de un dolor de cabeza al pensar en su cuerpo, y en aquella molesta grasa que se acumula en diferentes zonas. Sin embargo no todo está perdido, ya que hay diversas cirugías y tratamientos ambulatorios que permiten recobrar la forma, lograr lo que se desea y olvidarse de los complejos.
El abdomen y la cintura sin duda son las partes del cuerpo que una mujer más cuida, y a la vez las más difíciles a la hora de mantener, ya que en la mayoría es allí en donde se acumula la grasa cuando se sube de peso. Un problema estético que a muchas mujeres les quita el sueño y sobre todo cuando se presenta en exceso produce una apariencia poco agradable ante el espejo.
Hay acumulaciones de grasa en el cuerpo, que son particularmente difíciles o imposibles de remover a pesar de haber bajado y realizar ejercicio de forma regular. Las zonas típicas de estos depósitos son en caderas, cara interna del muslo y abdomen en las mujeres, mientras que en hombres casi siempre están en abdomen y ocasionalmente en el tórax. En esa situación y cuando ya no existen resultados positivos se puede acudir a otras alternativas, como lo son las cirugías estéticas y los tratamientos no invasivos que eliminan la grasa e incluso en algunos casos sin dolor, de forma rápida, y sin entrar al quirófano.
El cirujano plástico y director médico de la Clínica lo Curro Rodrigo Contreras, con más de 15 años de experiencia, asegura que “tanto las cirugías y los tratamientos no quirúrgicos son altamente eficaces. Este es el momento ideal para someterse a una de ellas, ya que existe un periodo de tiempo adecuado para acentuar los resultados y lograr la figura que se desea”.
Cirugías estéticas
Una de las cirugías más solicitadas por las chilenas es la abdominoplastia. Este procedimiento consiste en remover el exceso de piel y grasa de la mitad inferior del abdomen, ajustando la piel suelta, eliminando estrías y grasa. El doctor Contreras afirma que “tras esta intervención mejora la silueta corporal y el aspecto de las cadera. Es más se reducen tallas”. Una buena abdominoplastía puede cambiar totalmente la apariencia de un abdomen abultado, también podrá ayudar a que la paciente logre tonificar y fortalecer los músculos, además de bajar de peso.
Otra buena alternativa es la liposucción. Según el doctor Contreras “esta cirugía es una de las intervenciones quirúrgicas con mejores resultados. Con este procedimiento se extrae la grasa depositada en cúmulos subcutáneos para remodelar distintas partes del cuerpo como: caderas, espalda o las mamas mediante aspiración con cánulas o tubos metálicos”. Es una forma segura y efectiva para remover la grasa que dietas y medicamentos no son capaces de eliminar.
Tratamientos no invasivos
En el caso de los tratamientos no invasivos los masajes de drenaje linfático son una excelente alternativa, ya que ayudan a prevenir y aliviar enfermedades y condiciones relacionadas con la retención de líquidos, como la mala circulación, las piernas cansadas, las varices, la celulitis, entre otras. Este tipo de procedimiento es altamente especializado y debe ser supervisado por un profesional entrenado en las distintas técnicas para obtener resultados a veces espectaculares.
Por otra parte, también se puede optar por la radiofrecuencia corporal, técnica con la que se corrige la textura de la piel, la flacidez y el volumen. Se estimula los fibroblastos a través de calor intradérmico mediante una corriente eléctrica muy suave de radiofrecuencia, consiguiendo la regeneración de colágeno y mejorando los tejidos y la elasticidad de la piel. “Para obtener resultados favorables la persona debe realizarse una cantidad mínima de seis -y ojalá hasta 12- sesiones. De lo contrario, el efecto es muy sutil”, señala el doctor Contreras.
“Otros de los procedimientos altamente preferidos por muchas mujeres es la criolipolisis. Se basa en un descenso de la temperatura de la grasa localizada hasta los -3°C durante al menos 40 minutos, esto dependiendo del grosor del rollito” afirma el cirujano plástico Contreras. De esta forma, las células grasas, denominadas adipocitos, se destruyen por la cristalización (parecido a lo que ocurre al dejar el aceite de oliva en el refrigerador) y posterior eliminación gradual de lípidos, por la sangre y orina. El proceso es más bien lento y los efectos son medibles cerca de los 60 días luego del tratamiento.